viernes, 13 de diciembre de 2013

Marion



Es curioso ver que ven diferentes personas en el mismo cortometraje. Puede ser porque tenga diferentes lecturas o simplemente porque está tan vacío que la gente tiende a rellenarlo con sus propias teorías. 
En el caso de Marion habrá quien vea algo, pero en realidad está tan vacío como esos salones en los que se desarrolla, como los ojos de la protagonista.



El tema de la realidad virtual puede ser interesante, aunque pensamos que en el cine se ha explotado demasiado antes de su materialización en la vida real. Aquí tenemos lo que podría ser un interesante acercamiento al tema, prostitución virtual, pero con una premisa demasiado vista ya: el cliente de putas sensible que sólo las contrata para hablar con ellas. Es curioso este tópico que se nos repite año tras año en infinidad de películas y cortos. En fin, Marion resulta ser una sofisticada criatura virtual, elegante y sumisa, por supuesto. Hay una falta de verosimilitud sacrificada por la pedantería que es el uso de las lentes en este servicio, si fuese esto posible habría un zoom, un agrandar pantalla, no cambiar de lente, lo cual denota una ingenua pretenciosidad al tratar de equiparar ese encuentro con un cineasta que lo crea eligiendo (caprichosamente) el plano.
Lo peor de todo es que se alarga demasiado, llevándolo más allá de lo monótono y aburrido. Puede que haya quien lo vea como algo hipnótico, o un ejercicio de estilo o formalismo que puede recordar al cine de Resnais, pero estás supuestas veleidades artísticas se disipan cuando vemos la verdadera naturaleza de este corto al llegar a su final "sorpresa", un chiste demasiado poco original y que además incluso puede molestar al colectivo al que atañe por la ligereza con la que lo toma.
Una perdida de tiempo total en la que sólo podemos destacar la suerte que han tenido con esas elegantes localizaciones y el acierto de casting que supone la sugerente artificialidad de Kate Elson.

Miguel Santos

viernes, 29 de noviembre de 2013

Democracia

Está siendo habitual ver cada vez más cortos de directores que ya han dado su paso al largo. Puede ser que sea algo puntual, como el caso de Gracia Querejeta, de una directora que prefiere dar a su historia la duración que necesita. O puede ser que sea por los fracasos comerciales y/o artísticos de los directores en su paso a la industria. Un corto debería ser diferenciado de un largo por su duración, pero hay muchas más diferencias en el inconsciente que nos dicta que un corto es un formato pobre, para gente que aprende, novatos... cuando esto no debería ser así.
En el caso de Borja Cobeaga esperamos que se deba a que tenía una buena idea que no necesitaba más tiempo y no a que no ha podido volver a llevar a buen puerto otro proyecto de largo. Sus dos películas Pagafantas y no controles nos hacen augurar una buena carrera. Y Democracia, el corto que nos atañe, es prefecto tal y como está, un guión que funciona como un reloj y que no precisa de más.
Un cuento macabreo, una fábula de humor negro en el que se nos cuenta una distopía metafórica (o quizás utopía) en la que la democracía no tiene un juego tan importante como promete el título.
Una empresa en un futuro cercano o un presente irreal, de la que nada sabemos, ni a que se dedica ni en donde se úbica, donde no parecen jugar ningún papel los sindicatos y donde el poder recae en una sola figura, la cumbre de una gris jerarquía, en gerente interpretado por Oscar Ladoire.
Un gerente que por otra parte parece renegar de ese poder pues para tomar la decisión a tomar en esa macabra junta usará los métodos menos arbitrarios: un sorteo, una votación por democracia, un sistema de puntos y méritos. Además todo lo hace por el bien de sus trabajadores, que se ven encantados con sus métodos y ocurrencias, aunque arriesguen su vida, todo sea por el bien de la empresa y el trabajador.

Si hoy en día en la vida laboral real y en crisis hay una figura más oscura que el jefe, es la de el trepa, aquel asalariado que por ponerse méritos y hacer aumentar un mínimo los beneficios de la empresa no se piensa dos veces en sugerir despidos, plantear reducciones de plantilla o acusar a sus compañeros. Este personaje está presente también, y es el malo, más malo que el jefe que se nos presenta como un iluminado curioso. Al espectador le parecen mucho peores las tretas de éste Maroto que ese pequeño sacrificio por el porvenir de la empresa que sugiere el gerente.
Finalmente la Democracia no funciona, pero el sorteo se nos presenta como una alternativa justa, en esta sala de juntas donde se reúnen los trabajadores, que nos recuerda a un hemiciclo político y más en concreto a uno de la antigua Roma, donde los senadores gritan, jalean y votan con la mano.
¿Cuál es el mensaje final que nos quieren dejar los creadores del corto? ¿La democracia es una farsa en la que realmente manda uno (o un grupo de poder) y el que vota sólo lo hace de forma intrascendente? (En realidad lo importante es votar si se realiza el sacrificio, no a quien se sacrifica). ¿Nos comportamos como borregos pues nos conformamos con creer que se nos escucha a través de un voto que otro dice cuando y por qué se realiza?
En fin, una más que interesante fábula con multiples lescturas que significa una cumbre en el corto español con unos elementos ya presentes en nuestra pintura y literatura: la picaresca, el humor negro, el esperpento.

jueves, 28 de noviembre de 2013

Mi ojo derecho

Bonito homenaje a los abuelos. Un cortometraje bien realizado y sin muchas pretensiones que logra tocar la fibra sensible de un amplio espectro de la audiencia. Todos hemos tenido abuelos, casi todos hemos sufrido su perdida, y la mayoría hemos creado un vínculo especial con los abuelos siendo niños. Y nos hemos distanciado conforme crecíamos, con lo cual es fácil poder identificarse con el joven protagonista interpretado por Albert Pra.
Es uno de esos cortos que saben combinar sabiamente comedia y drama, como en la vida misma, y más tratando este tema. Los flashbacks que nos recuerdan a una abuela jovial y activa, pese a ser una señora mayor, en total complicidad con su gracioso nieto, contrastan duramente con la realidad del presente en el que esa misma mujer, en pocos años, ha decaído totalmente, la vitalidad ha dado lugar a un estado de adormecimiento, la relación nieto-abuela se ha deteriorado por la frialdad que los años dan al joven, y el paso del tiempo en el cerebro de la tata. (Quizás el principal defecto de la película sea la falta de continuidad en el casting entre las actrices que interpretan al mismo personaje en distintos momentos de su vida). Es interesante también el hecho de que el protagonista sea un chico, lo cual contrasta con la actitud y relación de su hermana, que quizá no haya sido tan intensa pero en la que, sin querer generalizar, las mujeres se entienden mejor en el trato y tienen el don de mostrar cariño en los momentos más complicados.

La canción O sole mio se encarga de dar más emotividad a este último reencuentro.
Quizás demasiado azucarado, lo que quita peso específico a un tema que podía haber dado lugar a una reflexión más profunda, pero la ternura de este homenaje a todos los abuelos derramará más de una lágrima en sus proyecciones.

jueves, 24 de octubre de 2013

El paraguas de colores

Eduardo Cardoso es un nombre importante en el mundo del corto, autor de El corto español en 100 nombres, colaborador de festivales, una de las cabezas visibles de Madrid en Corto, y es evidente que ha visto muchos y sabe muy bien como funcionan los engranajes de este mundillo. Además es profesor de cine. Así que no nos extraña que cuando se ha lanzado a dirigir un nuevo cortometraje iba sobre terreno seguro.

Así nos brinda un corto impecable, sencillo pero bien elaborado, que sabe sacar lo mejor de su presupuesto apostándolo todo a una magnífica fotografía nocturna y a una protagonista solvente.
Un guión no demasiado original pero que sabe mantener el misterio, el interés, con un final que sorprende y deja algo de mal cuerpo, aunque haya quien lo califique de previsible o de incoherente, es un final redondo. Personalmente vería necesaria una continuación, un estudio en la reacción de la mujer, ya que como tantas otras veces lo que nos queda es una imagen de una mujer débil y totalmente dependiente en lo afectivo de el hombre (más aquí que recurre a asistencia psicológica). 
Pero ese final que causa un impacto en la platea es perfecto para acabar un corto de libro, un ejercicio de cine de lo que hoy en día debe ser un corto para profesores, distribuidores y programadores.
El mayor pero que pongo al corto es la voz en off en inglés, una corriente en los cortos españoles cada vez más arraigada. Esto imagino que será por la ambición de una distribución internacional. O quizás por que el inglés suena más cool y misterioso para el director. O que no encontró a una buena actriz española. (Lo dudo aunque por lo menos aquí no podemos pensar en que Natalia Millán no tuviese una voz de su agrado pues el personaje que habla es otro). Si fuese un corto diálogado no pondría reparos en que fuese en inglés, pero al ser una voz en off no debería ser muy costoso haberla grabado dos veces, una en inglés para mercados internacionales perezosos a la hora de ller subtítulos, y otra en castellano para reivindicar un poquito más nuestro idioma, y que al fin y al cabo es un corto español. Al menos han dejado el título en nuestro idioma.  

Miguel Santos

sábado, 5 de octubre de 2013

Sexo explícito

Lo primero, desmentir el título, no hay sexo explícito, sólo se habla de sexo. Es una maniobra facilona para llamar la atención que ya dice muy poco del proyecto.
Es el típico cortometraje que usa las fórmulas para triunfar con poco que aportar. Una conversación de una pareja en crisis. Otra conversación de una pareja en crisis. Un corto con unidad de tiempo, unidad de lugar, dos actores. Es fácil rodar así, y creo que en el corto español esto es ya está siendo una plaga. Dos actores medianamente conocidos. Eso asegura cierta repercusión.

Un guión muy poco original pero de esos que funcionan si no se tienen expectativas altas. Situaciones muy trilladas pero con las que todos nos podemos sentir identificados. Además en esta ocasión son un poco más picantes de la cuenta, jeje. Y como el corto se queda en poca cosa, ponen unas escenas del rodaje que así parece que hay metacine y sobretodo queda cool en el montaje. Pero que ni es original ni aporta nada temáticamente. 

Tecnicamente el corto es correcto, es fácil hacerlo si tan sólo se graba una conversación en que la que se puede jugar con planos y contraplanos y masters... Destacaremos el montaje.
Y si los diálogos funcionan es porque Javier Pereira es uno de los mejores actores de su generación, sabe dar sensibilidad a todas sus interpretaciones y aquí da un poco de verdad a un texto que en bocas de otros actores parecería de "matrimoniadas". Marina Salas no está a la altura. Pero no creo que sea su culpa.
Espero que el director Jose Manuel Carrasco ponga un poco más de ambición en sus próximos proyectos. Ambición artística y narrativa, no comercial, que es lo que le sobra a Sexo... explícito.
Miguel Santos

martes, 17 de septiembre de 2013

Pequeños Electrodomésticos

Una vez más, el director Manuel Arija, no se conforma con contarnos una simple historia, si no como ya hiciera con "La Piñata", sorprende saliendo de todos los lugares comunes con una arriesgada propuesta que consigue llamar la atención, y aunque no invite tanto a la reflexión como su anterior corto, no podemos negar su capacidad persistir en la memoria.



Una especie de revisión cómica de las teorías de la Nueva Carne y el cine de David Cronemberg como máximo exponente, esta revisión erótica y un punto cañí de esos postulados es especialmente resultona por su humor, lo cual la ha otorgado una visibilidad que probablemente una visión más seria no hubiese conseguido. En cualquier caso es un corto que ha funcionado mejor en el extranjero que en nuestro a veces miope panorama festivalero.
La eficacia del corto se apoya además de en la originalidad y audacia de la propuesta en el buen engranaje de todos los elementos, desde la dirección artística hasta los sencillos pero efectivos efectos especiales, desde la música al montaje y muy especialmente en el acierto del casting, tanto Ignacio Vera como Inés Blanco están perfectos, pero es ella la que con su interpretación entre picante e ingenua toma el control del cortometraje.
Una pena que muchos lo vean como una simple anécdota en vez de rascar un poco más en su riqueza conceptual y metafórica.

                     Miguel Santos

martes, 30 de julio de 2013

Iniciación a la fotografía

La corta duración exigida a los cortometrajes para el multitudinario Notodo Film Fest hace que muchas veces se opte por un chiste fácil o ingenioso. En este caso podríamos pensar eso: un chiste, giro, sorpresa; eso sí, bastante divertido y sorprendente que además invita a verlo dos veces.


Pero Nico Aguerre y su equipo no se queda en eso. Con una realización sencilla pero efectiva y apropiada crea un corto de humor fino y elegante, con un personaje de mujer pesada por desgracia muy habitual y reconocible, perfectamente interpretado por la natural Laura Barba (desde luego el acento catalán también puede dar realismo y mucho juego). Los otros tres intérpretes masculinos también están en su punto con su cara de circunstancias. Y lo dicho, al final ese giro sorprendente y jocoso, sobre lo que en realidad podría ser un drama, pero que está dado con tanta elegancia y desparpajo que no suena en ningún momento a chiste malo o burla al colectivo implicado, como en tantos cortos o sketches. Además explica alguna reacción que no encajaba del todo hasta descubrir el giro. Al volver a verlo se descubren más matices de las interpretaciones, pero también se descubre un error técnico, la falta de continuidad de las miradas de los personajes. Un fallo que tampoco desmerece el conjunto.

domingo, 7 de julio de 2013

Limón & chocolate

Escándalo Films, la productora de la ESCAC, vuelve a deleitarnos con un buen corto, bien realizado y con una estética actual y agradable, marcado por la sencillez y corrección.
En esta ocasión la directora Gemma Ferraté logra una película sensible y bonita, y si bien esta historia de una pareja rota que se reencuentra y se replantea su relación recordando con  añoranza los buenos momentos y volviendo a sufrir por las malas memorias (lo cual significa que aún importan) no es especialmente original, sí que entretiene y logra la identificación con los personajes, a lo cual ayuda sin duda el reparto, con dos actores muy naturales y bien dirigidos y que podían ser cualquiera de nuestros amigos, Aida Oset y Marc Garcia Coté. 



Se echa de menos algo más de ambición en este corto, ya que a su perfección le falta algo que le de toda la personalidad que lo podría convertir en algo grande. Tiene algo de producto publicitario ideado para gustar a todo el mundo (su iluminación y montaje nos pueden recordar a un anuncio de Ikea). También tiene ese punto de "moderno" barcelonés pero no lo suficiente para poder echárselo en cara. Todo está bien hecho, todo está en su sitio, pero quizás se note mucho.
Mientras esperamos un corto donde la joven directora ponga algo más de pasión, podemos augurar que este fresco y delicioso "Limón & Chocolate" va a ser uno de los cortos más punteros de la temporada festivalera española.
M.S.



jueves, 4 de julio de 2013

Malas Hierbas

Malas Hierbas parece que tiene un mensaje interesante, aunque no especialmente novedoso: todos estamos predispuestos a la corrupción, independientemente de clases sociales. Cortometraje muy español, recoge el testigo de la tradición de nuestro cine. Un argumento de enredo que bebe de la picaresca, humor chusco, interpretaciones exageradas y carícaturescas (Luis Zahera y Joan Manuel Gurillo, perfectos en el esteréotipo y la verdad, muy divertidos), una puesta en escena convencional y lugares comunes como maridos cornudos, contraste entre ricos de moral relajada y la clase trabajadora con buen corazón, chistes fáciles con la senilidad de una anciana... vamos, que sólo faltaba una señora de buen ver en paños menores para pensar que estamos viendo una peli de Ozores.

Aunque toque el tema de la crisis vemos que los problemas económicos no son un tema sólo actual, siempre han estado presentes en nuestro cine y literatura. La violencia le da el toque moderno, eso sí.

M. S.

lunes, 3 de junio de 2013

Fracaso Escolar

Es reconfortante ver que el cortometraje para muchos es una película de corta duración y no un género en sí mismo, ni un ejercicio de aprendizaje, o un simple paso antes de debutar en el largo. Y aquí tenemos a Gracia Querejeta, una directora con amplia experiencia y filmografía ejemplar que rueda una película que dura el tiempo necesario para contar lo que quiere. 
No tiene nada que demostrar y no entra en filigranas para llamar la atención de jurados y productores. Un solo escenario (una parada de autobus), una anécdota (un estudiante que pierde el bus) y un par de actores. Pero no cabe duda que su experiencia (tanto como realizadora como productora), su exigencia y presuponemos que sus contactos dan al corto una alta calidad técnica (fotografía, montaje) ya que no es tan fácil ni barato rodar en exteriores de noche, con autobuses como elemento principal de la trama, y con una actriz de la categoría de Adriana Ozores. Qué está maravillosa, como de costumbre, al igual que su partenaire, el joven Aron Piper.

Un adolescente fracasa en los estudios, pero como siempre, los padres tienen cierta culpa de esto. Su madre se preocupa y se esfuerza en cumplir su papel y hacer algo por el chico, y en este caso concreto esta ayuda se materializa en asegurarse de que coge el autobus a tiempo para llegar a clase. Pero madre e hijo son incapaces de ello, la falta de voluntad de él y el despiste de ella, además de las circunstancias (la situación física de la parada y la falta de cortesía de los conductores no ayuda), hacen que el hijo vuelva a retrasarse en su llegada al colegio. Hay cierta metafora en todo esto y en realidad con poco Gracia nos cuenta mucho. Una lástima que muchos se quedarán con la impresión de ser una mera anécdota bien rodada. Y un aplauso a que con su prestigio no se caigan los anillos en hacer este sencillo corto.
En breve tendremos un ahondamiento en los temas que cuenta en "Fracaso Escolar" con el largo  "Quince años y un día", protagonizado por el actor descubierto en este corto.

martes, 21 de mayo de 2013

Deazularrojo

Este cortometraje de Ana Lorenz destaca por su estructura, grabado en escenas con orden cronológico inverso, lo cual nos recuerda a Memento y sobretodo a Irreversible de Gaspard Noé, cinta a la que parece que homenajea de una forma muy digna. Ya que no sólo comparte esa estructura (que ya no es especialmente original pero que aquí funciona muy bien para hilvanar el guión y sorprender con sus giros) si no un muy buen uso del color, algo ya indicado en el título, su violencia y su denuncia contra los ataques sexuales a mujeres.


Y todo esto lo consigue en cinco minutos, lo cual es cierto que hace que el relato se resienta por su esquematismo y su falta de tiempo para trazar personajes más allá de un arquetipo, Pero no obstante es un corto que consigue mucho con poco y que está muy bien rodado, manejando extras en una discoteca, montando peleas muy verosímiles y con una fotografía que saca lo mejor de esas luces, tanto del ambiente discotequero como de las calles vacías. El corto recibió el importantísimo premio del Jurado de Notodofilmfest, lo que abre muchas vías a su talentosa directora y colaboradores.

Efímera

Si hay una película cuyo estilo ha dividido opiniones durante los últimos años ésta ha sido Amelie. Para unos encantadora y luminosa, para otros ñoña y vacía. Y hay muchos críticos que opinan que sus imitadores han creado una escuela de dudoso gusto: ¡Cuánto daño ha hecho Amelie al mundo del corto! dicen unos. Pero para otros este estilo visual ha hecho avanzar y mejorar la estética cinematográfica. Y en especial la dirección artística. De éste mundo proviene Diego Modino, que recoge lo mejor de Jeunet y Caró, enfrentando el mundo naïve y feérico de Amelie al más oscuro y grotesco de Delicatessen. No sólo eso, enfrenta a Disney con Tarantino, al manga Kodomo contra el Gekira, a la luz que representa una pequeña bailarina y su abuelita contra la sordidez de unos mafiosos del Este.


Con una producción que emplea grandes medios con grandes resultados, (especialmente con una dirección artística maravillosa que recrea tanto el mundo de cuento de hadas como la suciedad del teatro abandonado, pasando por una ciudad hostil que nos recuerda al Chaplin de "Tiempos Modernos" o al cartoon américano), y un reparto perfectamente adecuado a cada personaje (destacando a la joven Paula Peñalver, que dota de encanto a un personaje apenas dibujado, y a la entrañable Asunción Balaguer; y decir que los"mafiosos rusos" cuelan perfectamente como tales), Efímera es un cortometraje que consigue escapar de ser un simple pastiche de referencias sin personalidad y sin apenas historia que contar. Y lo hace gracias a que por unos instantes efímeros logra emocionarnos con aquello que no tiene explicación, lo que llamamos la magia del cine.


El corto no gustará a todo el mundo, ya que aunque nos muestra dos mundos diferentes y hay bastante violencia, predomina ese sello ingenuo que tiene muchos detractores, pero que si está bien usado no debería ser cuestionado. E igualmente será adorado por otros que valoren el trabajo bien hecho y su "buen rollismo".

martes, 14 de mayo de 2013

La Boda

Es de agradecer que cada vez haya más mujeres dirigiendo cortometrajes, pero sobretodo que éstas incluyan un punto de vista femenino en este mundo bastante masculino, y que lo hagan en su argumento, temática y personajes. Aunque este corto es cine social, trata sobre la inmigración y la precariedad laboral, su principal tema es la mujer: sus problemas más aparentemente intrascendentes son tratados casi al mismo nivel que los más graves, y parece tan importante tener unas uñas arregladas como esconderse de una redada policial, llevar los zapatos a juego como no defraudar a los hijos. Esta forma de tratar con la misma naturalidad hasta los detalles más nimios 

Las desventuras de la maravillosa actriz Yailene Sierra el día de la boda de su hija son narradas con una maestría excelente y un detallismo que logran que nos identifiquemos totalmente con un personaje quizás muy alejado del espectador (y desde luego poco corriente en el mundo del corto, una inmigrante cincuentona y pese a sus problemas alegre y divertida) a lo que ayuda mucho el carisma y cercanía de Sierra. Todo el reparto es excelente y nos deja una galería de retratos femeninos inolvidables, como la divertida peluquera interpretada por Elena Irureta, que debe ya ser consagrada como secundaria de cáracter del cine español. Pero no sólo los entrañables destacan, también nos encontramos con algunos de los personajes más mezquinos de los últimos tiempos, no por ellos menos importantes para esta entretenida trama.
hay que tener mucho talento para tocar tantos temas importantes sin ser ni pretencioso ni superficial, para hacerlo con ese humor y desparpajo pero sin caer en una parodia, sin perder el ritmo en ningún momento, que engancha desde el conflicto laboral inicial hasta ese final "sorpresa" que por una vez logra su objetivo al pillarnos desprevenidos y emocionarnos con esa decepción con la que acaba el corto, muy bella y muy metafórica, quizás algo inverosímil, pero que nos llena de melancolía a la vez que de optimismo.



Marina Seresesky puede estar orgullosa de habernos dado un corto redondo y si sigue así sus próximos trabajos serán grandes éxitos.

lunes, 13 de mayo de 2013

Aquel no era yo

La prestigiosa aunque irregular trayectoria de Esteban Crespo se merecía una guinda como este corto, del que intuimos que probablemente sea el último antes de dar el salto al corto. Aquel no era yo es una obra perfecta y redonda, espectacular, con mensaje, bien escrita, bien rodada, muy bien interpretada, con un despliegue de medios apabullante y que lo tiene todo para triunfar.




Aunque este todo para triunfar sea quizás su principal defecto. Muy autoconsciente de la importancia del proyecto, del impacto del tema y el desarrollo de la trama, de lo premiable del producto en sí, no arriesga en lo formal y pisa sobre seguro en lo narrativo (pese a que algunas escenas son muy duras de ver, como una muerte imprevista y una desgarradora violación, quizás sean giros para dejar mella en la sensibilidad del espectador).

Con un presupuesto así hay que saber lo que se juega, y Crespo y su equipo echan todas las cartas sobre la mesa para ganar haciéndonos vivir una experiencia inolvidable y concienciarnos sobre un tema. el de los niños soldados, del que nunca se habla lo suficiente. Aplaudimos la iniciativa de tratar este tema sociopolítico, y que encima lo haga de forma espectacular y entretenida. Pero siempre queda la duda sobre la honestidad de un proyecto así. Es decir, los cineastas españoles hace tiempo que saben que los temas sociales y los niños ponen de su lado a crítica, jurados y a mucho público. Entonces mezclar esto con una trama donde se permiten tiros, explosiones, acción y lucimiento de habilidades técnicas es una fórmula muy atractiva para el triunfo. Y cómoda cuando no se arriesga, no pone nombres a los soldados, a los países, a los conflictos. Si se trata y crítica un tema real hay que ser más concreto y ajustarse a lo verídico. ¿Alguna vez estos ejércitos africanos han ajusticiado a médicos españoles inocentes? ¿Es una denuncia o un truco de guión? Es muy difícil separar espectáculo de conciencia política y social.

 


Pero sea cual sea su objetivo y trasfondo logra un éxito sin parangón en la historia del cortometraje español reciente, haciendo una obra excelente en todos los aspectos, con un realismo sobresaliente al que ayudan todos los actores, desde el habitual en la obra de Crespo Gustavo Salmerón en un papel poco agradecido hasta el último extra, con actores que dan auténtico miedo y con mención especial para Alejandra Lorente, una actriz todoterreno. Pero con una verosimilitud menor que en otros trabajos donde el director ha puesto más de su propio mundo y de sí mismo como Lala o Amar.
Esperamos con ilusión los próximos trabajos de Crespo y su equipo, valor seguro seguro del cine español.

domingo, 12 de mayo de 2013

Voice Over

Esta obra de Martín Rosete es uno de los cortometrajes más relevantes de los últimos años, y no deja indiferente a nadie. Tiene grandes admiradores pero también detractores, aunque estos son minoría sobretodo teniendo en cuenta la cantidad de premios recibidos. La expresión matar moscas con cañonazos parece estar pensada para esta pieza, puesto que se gasta miles de euros de presupuesto, viaja en el tiempo y en el espacio, nos mutila y nos enfrenta con criaturas extraterrestres, nos sitúa al borde de la muerte... para contarnos un beso entre dos niños. Una idea original, sorprendente y refrescante que se acerca más al lenguaje publicitario que a la narrativa de ficción.




Y es que Voice Over funciona como un gran e impactante anuncio que vende... el propio cortometraje. La espectacularidad de las escenas, la tensión de las subtramas, el sonido y la música, la emoción conseguida al final con la sorpresa de descubrir a quien se dirige el narrador, el montaje en paralelo, la bonita canción francesa, todo encaja a la perfección para abrumar y dejar encantado al que lo ve.
Esto no debe quitar mérito a sus responsables, si no todo lo contrario, crean sensaciones y demuestran que pueden invertir el dinero en espectáculo. 
La voz en off que nos habla directamente en segunda persona ayuda mucho a introducirnos en esta particular pesadilla que acaba con un momento por el que todos hemos pasado. Por cierto, está en francés, sorprende la elección de este idioma teniendo en cuenta que es una obra española y el título es en inglés, cuando el idioma elegido tampoco ayuda especialmente en la distribución... quizás sea para relacionarlo con la canción del final.
En este corto no hay personajes, puesto que lo que se busca es hacer protagonista al espectador, por eso y como en la publicidad los personajes son apenas arquetipos, y ni el solvente Jonathan D. Mellor interpretando tres papeles ni los niños pueden hacer mucho más que ser vehículos para poner en imagenes las palabras de la potente voz de Feodor Atkiné. 
Aplaudimos la originalidad y la fuerza del corto pero preferimos historias más humanas, personajes de carne y hueso y un punto de vista personal. 


Lo mejor: La estructura novedosa y fuera de convenciones.
Lo peor: La falta de una verdadera personalidad.




Cuaderno de Cortos es una iniciativa para paliar en la medida de nuestras posibilidades la falta de atención que se suele dar a los cortometrajes por la crítica en habla hispana y por la prensa cinematográfica en general, que los suele obviar cuando cubre festivales de cine incluso cuando los cortometrajes son más interesantes que muchos largometrajes, y cuando sus autores tienen cada vez más personalidad propia que el adocenado mundo del largometraje, cada vez más enfocado a la taquilla y en gustar a todo el mundo.
Nuestra idea es tener un lugar más donde comentar en profundidad esas pequeñas obras de arte que tanto nos interesan y darles la importancia que tienen.
De momento este blog es una iniciativa personal pero os invitamos a colaborar con nosotros si deseáis publicar alguna crítica.