Las desventuras de la maravillosa actriz Yailene Sierra el día de la boda de su hija son narradas con una maestría excelente y un detallismo que logran que nos identifiquemos totalmente con un personaje quizás muy alejado del espectador (y desde luego poco corriente en el mundo del corto, una inmigrante cincuentona y pese a sus problemas alegre y divertida) a lo que ayuda mucho el carisma y cercanía de Sierra. Todo el reparto es excelente y nos deja una galería de retratos femeninos inolvidables, como la divertida peluquera interpretada por Elena Irureta, que debe ya ser consagrada como secundaria de cáracter del cine español. Pero no sólo los entrañables destacan, también nos encontramos con algunos de los personajes más mezquinos de los últimos tiempos, no por ellos menos importantes para esta entretenida trama.
hay que tener mucho talento para tocar tantos temas importantes sin ser ni pretencioso ni superficial, para hacerlo con ese humor y desparpajo pero sin caer en una parodia, sin perder el ritmo en ningún momento, que engancha desde el conflicto laboral inicial hasta ese final "sorpresa" que por una vez logra su objetivo al pillarnos desprevenidos y emocionarnos con esa decepción con la que acaba el corto, muy bella y muy metafórica, quizás algo inverosímil, pero que nos llena de melancolía a la vez que de optimismo.
hay que tener mucho talento para tocar tantos temas importantes sin ser ni pretencioso ni superficial, para hacerlo con ese humor y desparpajo pero sin caer en una parodia, sin perder el ritmo en ningún momento, que engancha desde el conflicto laboral inicial hasta ese final "sorpresa" que por una vez logra su objetivo al pillarnos desprevenidos y emocionarnos con esa decepción con la que acaba el corto, muy bella y muy metafórica, quizás algo inverosímil, pero que nos llena de melancolía a la vez que de optimismo.
Marina Seresesky puede estar orgullosa de habernos dado un corto redondo y si sigue así sus próximos trabajos serán grandes éxitos.
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