jueves, 27 de marzo de 2014

Y otro año, perdices

Los proyectos de fin de carrera de los estudiantes de cine suelen pecar de ser trabajos grupales creados para contentar a todo el mundo, en especial a los profesores, por lo que suelen pecar de falta de personalidad pero cuentan con esa virtud, agradar a todo el mundo, además de tener medios y profesionalidad suficiente, en la que todos los miembros del equipo dan lo mejor de sí mismos.
Así que la directora Marta Díaz De Lope Díaz en su graduación en la ESCAC ha conseguido dirigir a un equipo que imaginamos entusiasta, lo que se ve especialmente en la dirección de arte y vestuario, muy lograda en unos tonos pasteles y luminosos pero  perfectamente integrados e in. junto con los créditos también muy efectivos y la música dan una unidad estética  castiza, floral, femenina, alegre pero algo melancólica muy interesante y paradójicamente, poco vista en el cine español.

Ha logrado realizar un corto muy español, con esa serie de personajes característicos del cine, teatro y televisión de nuestro país que con apenas unos pocos trazos ya están definidos: la tía solterona, la hermana guay, la cuñada chismosa, el tío bocazas... que se reúnen en el cumpleaños de la abuela, con un fondo musical de copla. los alumnos de la Escac son aplicados y mueven la cámara con soltura entre los invitados, que van soltando líneas de diálogo punzantes, sacando temas importantes con soltura, sin forzar: el desfase generacional, la crisis, la telebasura, la homofobia... y dándonos un retrato bastante certero, cómico pero no caricaturesco, de la familia española, y en especial de la mujeres y sus lazos, mucho más interesantes y sutiles, en el corto y en la vida real, que los masculinos.
Dirigir a un reparto tan extenso debe ser complicado, y no todos los actores brillan igual, pero en términos generales sale airosa del reto pese a alguna salida de tono, (y lo poco creíble que resulta la familia por las muy diferentes características físicas), y pese a ser coral, con una estupenda Cristina Rodríguez a la cabeza con un papel que parece escrito expresamente para ella y que cuenta en el actor Joaquín Climent como su mejor apoyo.
En definitiva, un corto que gusta a todo el mundo, pero que muchos olvidaremos pronto pues realmente no hay ningún punto en el destaque la pasión como para quedar grabado.
 Miguel Santos

lunes, 17 de marzo de 2014

02:43

No hace mucho una iniciativa cinéfila propuso un largometraje formado por varios cortos en plano secuencia titulado Sequence y apadrinado por Montxo Armendáriz. Una pena que Héctor Rull no participase en un proyecto cuyos resultados fueron bastante decepcionantes, cuando en la pieza que tratamos aquí, 02:43, demuestra ser capaz de construir una historia compleja en un solo plano dando además una gran riqueza visual pese a ser fijo. Lo consigue jugando con la luz y la profundidad de campo.


Una historia sencilla y además solo con un actor (y la voz de una actriz). El plano comienza a oscuras, se ilumina con un teléfono que suena, un saludo del contestador nos presenta a los protagonistas, y nos presenta el conflicto. Es curioso porque de momento consigue atraer nuestra atención con un simple teléfono y una voz en off. Se repite la llamada, el mensaje, y el plano se ilumina mostrándonos la habitación completa, y aparece el actor. 
Miki Esparbé consigue a partir de este momento llenar el corto con su interpretación. El juego de azar y drama que nos presenta el guión es lo suficientemente ingenioso y original para captar nuestro interés. Los dos interpretes consiguen nuestra empatía gracias a su buen hacer (algo difícil tratándose de una discusión de pareja). El actor se mueve por la habitación en una coreografía perfectamente complementada por la dirección de fotografía que usa el enfoque y desenfoque de una forma magistral. El corto acaba dejándonos un sabor agridulce en su duro desenlace. Su mayor mérito es que no nos hayamos dado cuenta que duraba casi diez minutos y que no echemos en falta ningún cambio de plano ni ningún movimiento de cámara. Esto también es cine.