jueves, 24 de octubre de 2013

El paraguas de colores

Eduardo Cardoso es un nombre importante en el mundo del corto, autor de El corto español en 100 nombres, colaborador de festivales, una de las cabezas visibles de Madrid en Corto, y es evidente que ha visto muchos y sabe muy bien como funcionan los engranajes de este mundillo. Además es profesor de cine. Así que no nos extraña que cuando se ha lanzado a dirigir un nuevo cortometraje iba sobre terreno seguro.

Así nos brinda un corto impecable, sencillo pero bien elaborado, que sabe sacar lo mejor de su presupuesto apostándolo todo a una magnífica fotografía nocturna y a una protagonista solvente.
Un guión no demasiado original pero que sabe mantener el misterio, el interés, con un final que sorprende y deja algo de mal cuerpo, aunque haya quien lo califique de previsible o de incoherente, es un final redondo. Personalmente vería necesaria una continuación, un estudio en la reacción de la mujer, ya que como tantas otras veces lo que nos queda es una imagen de una mujer débil y totalmente dependiente en lo afectivo de el hombre (más aquí que recurre a asistencia psicológica). 
Pero ese final que causa un impacto en la platea es perfecto para acabar un corto de libro, un ejercicio de cine de lo que hoy en día debe ser un corto para profesores, distribuidores y programadores.
El mayor pero que pongo al corto es la voz en off en inglés, una corriente en los cortos españoles cada vez más arraigada. Esto imagino que será por la ambición de una distribución internacional. O quizás por que el inglés suena más cool y misterioso para el director. O que no encontró a una buena actriz española. (Lo dudo aunque por lo menos aquí no podemos pensar en que Natalia Millán no tuviese una voz de su agrado pues el personaje que habla es otro). Si fuese un corto diálogado no pondría reparos en que fuese en inglés, pero al ser una voz en off no debería ser muy costoso haberla grabado dos veces, una en inglés para mercados internacionales perezosos a la hora de ller subtítulos, y otra en castellano para reivindicar un poquito más nuestro idioma, y que al fin y al cabo es un corto español. Al menos han dejado el título en nuestro idioma.  

Miguel Santos

sábado, 5 de octubre de 2013

Sexo explícito

Lo primero, desmentir el título, no hay sexo explícito, sólo se habla de sexo. Es una maniobra facilona para llamar la atención que ya dice muy poco del proyecto.
Es el típico cortometraje que usa las fórmulas para triunfar con poco que aportar. Una conversación de una pareja en crisis. Otra conversación de una pareja en crisis. Un corto con unidad de tiempo, unidad de lugar, dos actores. Es fácil rodar así, y creo que en el corto español esto es ya está siendo una plaga. Dos actores medianamente conocidos. Eso asegura cierta repercusión.

Un guión muy poco original pero de esos que funcionan si no se tienen expectativas altas. Situaciones muy trilladas pero con las que todos nos podemos sentir identificados. Además en esta ocasión son un poco más picantes de la cuenta, jeje. Y como el corto se queda en poca cosa, ponen unas escenas del rodaje que así parece que hay metacine y sobretodo queda cool en el montaje. Pero que ni es original ni aporta nada temáticamente. 

Tecnicamente el corto es correcto, es fácil hacerlo si tan sólo se graba una conversación en que la que se puede jugar con planos y contraplanos y masters... Destacaremos el montaje.
Y si los diálogos funcionan es porque Javier Pereira es uno de los mejores actores de su generación, sabe dar sensibilidad a todas sus interpretaciones y aquí da un poco de verdad a un texto que en bocas de otros actores parecería de "matrimoniadas". Marina Salas no está a la altura. Pero no creo que sea su culpa.
Espero que el director Jose Manuel Carrasco ponga un poco más de ambición en sus próximos proyectos. Ambición artística y narrativa, no comercial, que es lo que le sobra a Sexo... explícito.
Miguel Santos